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En un esfuerzo por consolidar una alianza estratégica entre México, Estados Unidos y Canadá, la Cámara de Diputados inauguró el “Diálogo Binacional: Socios para la Prosperidad de América del Norte”, un espacio orientado a construir consensos que refuercen la integración económica, legislativa y social de la región.

Durante el encuentro, el presidente de la Mesa Directiva, Sergio Gutiérrez Luna, subrayó la urgencia de encarar los desafíos bilaterales con diálogo, sensatez y visión compartida. Destacó el rol protagónico que tiene la comunidad mexicana en EE. UU., así como su impacto económico: más de 3 millones de empleos generados por empresas latinas y un poder adquisitivo superior a los 3.4 billones de dólares.

“No somos solo vecinos; somos una región con intereses comunes, desafíos compartidos y un destino económico entrelazado”, apuntó el legislador, al tiempo que reconoció el creciente liderazgo de los llamados “diputados migrantes”, quienes representan directamente a comunidades mexicanas desde el extranjero.

Por su parte, Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política, advirtió sobre los riesgos de una relación tensa con EE. UU. ante políticas unilaterales y arancelarias, señalando que “no conviene una postura confrontativa que erosione lo construido por décadas bajo el marco del T-MEC”.

En la misma línea, el diputado Pedro Miguel Haces Barba enfatizó que América del Norte es hoy una de las regiones económicas más poderosas del planeta, gracias a una interdependencia tejida por comercio, migración y cooperación productiva. Señaló que diariamente cruzan la frontera más de un millón de personas y bienes con valor cercano a los 1,900 millones de dólares, reflejo de un dinamismo que no puede ignorarse ni tratarse con desdén político.

Además, destacó cifras que hablan por sí solas: México ya es el principal socio comercial de EE. UU. y las remesas superan los 64 mil millones de dólares anuales, representando el 4% del PIB nacional. La comunidad latina en EE. UU., en gran parte de origen mexicano, constituye un motor económico y social que será crucial en el desarrollo futuro de ambas naciones.

En el diálogo también se abordaron temas clave como migración, seguridad fronteriza, nearshoring y el estado del T-MEC, todos ellos pilares para garantizar una relación sólida, equitativa y mutuamente beneficiosa.

Desde la perspectiva económica, la Secretaría de Economía reafirmó su compromiso con la relocalización de empresas mediante los llamados “corredores del bienestar”, un modelo que pretende descentralizar el crecimiento y potenciar las vocaciones productivas regionales, con inversiones extranjeras que ya superan los 290 mil millones de dólares.

Este encuentro legislativo binacional no solo busca tender puentes, sino construir una arquitectura sólida para el desarrollo compartido. Frente a un escenario global incierto, Norteamérica tiene la oportunidad de consolidarse como un bloque competitivo, resiliente y socialmente justo.

Más que tratados, se necesitan compromisos. Y este diálogo es una señal de que, cuando los pueblos se escuchan, los gobiernos pueden avanzar.