Con la posibilidad de que Donald Trump gane las elecciones presidenciales en Estados Unidos, la inversión extranjera en México podría enfrentar importantes desafíos. La política proteccionista de Trump y su enfoque en renegociar acuerdos comerciales podrían generar incertidumbre entre los inversionistas extranjeros, afectando el flujo de capital hacia el país.
Durante su primer mandato, Trump impulsó la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), resultando en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Aunque este acuerdo aseguró la continuidad del comercio regional, la retórica y las políticas proteccionistas de Trump crearon un ambiente de incertidumbre para las empresas extranjeras.
Si Trump volviera al poder, se esperaría una mayor presión sobre México para renegociar términos comerciales, lo cual podría incluir nuevas tarifas o restricciones. Esta incertidumbre podría disuadir a los inversionistas, quienes buscarían mercados más estables y predecibles. Sectores clave como la manufactura, automotriz y tecnología podrían verse particularmente afectados, reduciendo así el atractivo de México como destino de inversión.
Además, la posible implementación de políticas migratorias más estrictas podría impactar negativamente en la fuerza laboral mexicana, afectando la disponibilidad de talento para empresas extranjeras establecidas en el país.