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La reciente renuncia de Carlos Tavares como CEO de Stellantis pone en evidencia los desafíos que enfrenta el cuarto mayor fabricante de automóviles del mundo. Con una pérdida acumulada de valor del 40% este año, una advertencia de beneficios negativos para 2024 y una fuerte desaceleración en su mercado clave de Norteamérica, el panorama para la compañía parece sombrío. Sin embargo, decisiones estratégicas en los próximos meses serán determinantes para definir su recuperación o una posible caída más pronunciada.

La empresa, que ha confiado su dirección a un comité ejecutivo provisional encabezado por John Elkann, busca un nuevo líder que pueda enfrentarse a una compleja realidad: inventarios excesivos, ventas en declive y una estructura interna que está siendo reconfigurada tras un profundo reajuste en su cúpula directiva. Entre los problemas más graves se encuentra un pronóstico de quema de efectivo de hasta diez mil millones de euros debido al débil desempeño de su mercado norteamericano, históricamente su motor de ganancias.

Para los inversores, la pregunta clave es si las acciones de Stellantis pueden recuperar parte de su valor. Esto dependerá de varios factores, como la capacidad de implementar reformas operativas eficaces, reforzar su estrategia de electrificación y encontrar un líder que inspire confianza en los mercados.

Un Nuevo Riesgo: La amenaza de una Guerra Arancelaria con México
En un hipotético escenario donde México y Estados Unidos entren en una guerra comercial, Stellantis podría enfrentar una crisis aún más profunda. Si la presidenta Claudia Sheinbaum decidiera imponer un arancel del 25% a los productos automotrices exportados hacia Estados Unidos, las implicaciones serían severas para la compañía. México es uno de los principales centros de manufactura de Stellantis, y un arancel de esa magnitud afectaría directamente su estructura de costos y competitividad en el mercado estadounidense.

Actualmente, Stellantis tiene un valor empresarial estimado en 38 mil millones de dólares y un precio por acción de 13 dólares. Con un arancel del 25%, el impacto en el flujo de efectivo y en las operaciones de la compañía sería significativo. Los márgenes de ganancia ya están bajo presión debido a los altos inventarios y la caída en ventas; un nuevo costo adicional podría reducir drásticamente su capacidad para competir en Estados Unidos, que sigue siendo su mercado más rentable. En este escenario, es posible que el valor empresarial de Stellantis caiga hasta en un 15%, y el precio de sus acciones podría retroceder aún más, afectando directamente su capitalización de mercado.
Impacto en Costos:
Stellantis depende de sus plantas en México para abastecer al mercado estadounidense. Aranceles más altos aumentarían significativamente los costos de producción y reducirían los márgenes de ganancia, especialmente en vehículos de bajo costo como los modelos Jeep y Fiat.

Reducción de Ventas:
El encarecimiento de vehículos importados desde México podría hacer que los consumidores opten por marcas que fabriquen dentro de Estados Unidos, como Ford y GM, lo que reduciría aún más las ventas de Stellantis en su mercado más rentable.

En un contexto de guerra arancelaria, Stellantis podría enfrentar una disminución adicional en sus ingresos de Norteamérica, lo que, combinado con su actual debilitamiento, podría llevar a una pérdida de hasta el 15-20% adicional en el precio de sus acciones.

¿Hacia una Recuperación o una Nueva Crisis?


El futuro de Stellantis dependerá de cómo gestione estas presiones internas y externas. Si logra nombrar un CEO con experiencia en reestructuraciones y mercados clave, y al mismo tiempo refuerza su estrategia de electrificación, existe la posibilidad de una recuperación a mediano plazo. Sin embargo, factores externos, como una posible guerra comercial entre México y Estados Unidos, podrían generar una espiral de problemas que sería difícil de revertir.

Para los inversores, Stellantis sigue siendo una apuesta de alto riesgo. Los próximos meses serán decisivos para evaluar si la compañía puede retomar el rumbo o si se enfrentará a una pérdida aún mayor en su valor de mercado