Por: Andrés Soto
En una decisión que contrasta con las acciones de otras calificadoras, S&P Global Ratings ratificó la calificación crediticia de México en ‘BBB’, con una perspectiva ‘estable’. La calificadora estadounidense destacó el compromiso del gobierno de Claudia Sheinbaum para corregir la trayectoria de las finanzas públicas y reducir el déficit fiscal heredado de la administración anterior.
En su análisis, S&P subrayó la importancia de la gestión macroeconómica prudente y la disciplina fiscal, señalando que estos elementos permitirán estabilizar la deuda soberana durante los próximos dos años. La calificadora también consideró la posibilidad de que las relaciones pragmáticas con Estados Unidos sobre comercio e inmigración se mantengan, lo que contribuiría a la estabilidad económica.
Compromisos de la administración Sheinbaum
La presidenta Claudia Sheinbaum y el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, se reunieron el pasado 3 de diciembre con Roberto Sifón-Arévalo, director general de Calificaciones Soberanas de S&P Global Ratings, para exponer la estrategia económica de su gobierno. Durante la reunión, se destacó la intención de impulsar la inversión en infraestructura, modernizando puertos, trenes de carga y pasajeros, y mejorando la red de carreteras y el suministro de agua. Sin embargo, S&P advirtió que las restricciones fiscales podrían limitar la capacidad de ejecutar estos proyectos sin la participación activa del sector privado.
Riesgos latentes y advertencias de S&P
Pese a la ratificación de la calificación, S&P alertó que, si la administración Sheinbaum no logra reducir el déficit fiscal ni controlar la deuda y la carga de intereses, México podría enfrentar una rebaja en la calificación durante los próximos dos años. La situación podría agravarse si el respaldo financiero extraordinario a las empresas estatales Petróleos Mexicanos (Pemex) y Comisión Federal de Electricidad (CFE) se convierte en una presión insostenible para las finanzas públicas.
Además, la calificadora señaló que acontecimientos externos e internos podrían provocar una rebaja. Entre ellos se encuentran posibles conflictos con Estados Unidos que afecten el comercio o la inmigración, así como la inestabilidad derivada de las reformas al poder judicial que introducen la elección de magistrados por voto popular. Estos cambios, según S&P, podrían erosionar la confianza de los inversionistas y afectar la estabilidad macroeconómica.
Comparación con otras calificadoras
La postura de S&P difiere de las decisiones recientes de Moody’s Investors Service y HR Ratings, que modificaron la perspectiva de la deuda mexicana de ‘estable’ a ‘negativa’. Estas agencias consideran que los riesgos derivados de la reforma judicial y la posibilidad de un deterioro en las relaciones bilaterales con Estados Unidos podrían afectar la confianza de los inversionistas y aumentar la vulnerabilidad del país.
Para los analistas de Franklin Templeton México, el riesgo de una rebaja en la calificación soberana no debe subestimarse. De acuerdo con Ramsé Gutiérrez, vicepresidente senior de la firma, si S&P decide realizar dos recortes consecutivos, la deuda soberana de México podría caer al nivel de “grado especulativo” o “basura”, lo que provocaría la salida de capitales extranjeros y el encarecimiento de la deuda pública por mayores tasas de interés.
Implicaciones para el mercado financiero
La ratificación de la calificación ‘BBB’ permite al gobierno de México mantener acceso favorable a los mercados financieros nacionales e internacionales, según la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). Este acceso facilita la colocación de bonos a tasas competitivas, algo crucial en un entorno de alta volatilidad financiera global.
Sin embargo, los analistas de Franklin Templeton advirtieron que la rebaja de la perspectiva por parte de Moody’s aumenta la probabilidad (66%) de que se produzca una rebaja en la calificación en los próximos 12 a 18 meses. Esta situación podría elevar el costo de financiamiento del gobierno y aumentar la presión sobre la estabilidad financiera.
Visión de mediano plazo
En el escenario optimista, S&P anticipa que la combinación de una gestión eficaz de la política económica y una mayor atracción de inversión extranjera, particularmente a través de la deslocalización o “nearshoring”, podría fortalecer la economía mexicana. La calificadora destaca que un mayor crecimiento del PIB per cápita sería clave para reducir la vulnerabilidad fiscal y reforzar la sostenibilidad de la deuda.
Conclusiones
La ratificación de la calificación soberana por parte de S&P Global Ratings representa un respiro para la administración de Claudia Sheinbaum. El compromiso de controlar el déficit fiscal y estabilizar las finanzas públicas fue determinante para obtener la confianza de la calificadora. No obstante, los riesgos persisten, especialmente por las reformas judiciales y la necesidad de apoyar financieramente a Pemex y CFE.
De cara al futuro, la clave estará en la eficacia de las políticas fiscales, la atracción de inversión privada y la relación con Estados Unidos. Las acciones de Moody’s y HR Ratings dejan en claro que el margen de maniobra es limitado y que cualquier desviación en el control fiscal podría tener un impacto significativo en la percepción de los mercados internacionales.