Compartir:

La reciente victoria de Donald Trump ha resonado intensamente en los mercados financieros, donde el “Trump trade” —el nombre que Wall Street ha dado a las apuestas sobre los ganadores y perdedores corporativos bajo su administración— está en pleno apogeo. El efecto inmediato: acciones de empresas bancarias y grandes corporaciones han saltado de valor, impulsadas por expectativas de una regulación más flexible y un entorno favorable para fusiones y adquisiciones. Este cambio es notable después de años en que las grandes consolidaciones enfrentaron obstáculos regulatorios en el mandato de Biden.

El efecto Trump ha sido especialmente generoso para Tesla, cuyo CEO, Elon Musk, es uno de los asesores del presidente electo. Las acciones de la compañía se dispararon más de un 40% desde la semana pasada, impulsadas también por la expectativa de una administración más amigable hacia las criptomonedas. Bitcoin alcanzó nuevos máximos históricos, reforzando la idea de que las políticas de desregulación financiera podrían consolidar su valor.

Algunos sectores, en cambio, han sufrido. Empresas de energías renovables y firmas dependientes de importaciones —que habían crecido bajo incentivos de la era Biden— vieron sus acciones caer ante posibles aranceles y la eliminación de créditos fiscales. Los operadores de prisiones privadas, por otro lado, vieron un alza en sus acciones, motivados por la posibilidad de mayores contratos relacionados con políticas migratorias más estrictas.

A pesar de estos altibajos sectoriales, el mercado en su conjunto ha alcanzado nuevos picos, superando los récords previos de este año. Con la llegada de una administración más favorable al crecimiento empresarial, los inversores se muestran optimistas sobre las proyecciones de ganancias para los próximos dos años. Los analistas revisan al alza sus estimaciones de crecimiento de utilidades, especialmente si los planes de reducción de impuestos empresariales de Trump se consolidan, lo que permitiría a las compañías acumular capital para expandirse y mejorar sus dividendos o recompra de acciones.

Sin embargo, la euforia trae consigo incertidumbre. Las propuestas de Trump sobre comercio, inmigración y política monetaria han despertado dudas en Wall Street y en la sociedad, que observa con cautela el impacto potencial a largo plazo. Mientras algunos ven una oportunidad de crecimiento acelerado, otros temen que las políticas comerciales agresivas puedan generar una volatilidad duradera.

En definitiva, el “Trump trade” ha transformado el panorama financiero de manera radical, y aunque las apuestas están a favor del crecimiento, los ojos están puestos en las políticas que definirán el futuro de esta nueva era económica en Estados Unidos.