Por: Andrés Soto
La desaparición de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) como órgano autónomo marca un giro radical en el diseño institucional del país. Este cambio, propuesto dentro de una reforma constitucional que también contempla la extinción de otros entes autónomos como el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai) y el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), busca centralizar funciones en el Ejecutivo, lo que podría alterar profundamente la dinámica regulatoria en México.
Centralización: ¿eficiencia o riesgo político?
La Cofece, históricamente encargada de promover la competencia y sancionar prácticas monopólicas, será sustituida por una autoridad dependiente de la Secretaría de Economía. Según Eduardo Pérez Motta, expresidente de la Cofece, esta decisión podría comprometer la imparcialidad del análisis técnico. “El riesgo de que decisiones técnicas se vean influenciadas por intereses políticos aumenta significativamente cuando un regulador depende directamente de un órgano político”, advirtió en declaraciones recientes.
La propuesta de desaparición, que se discutió en noviembre en el Congreso, responde a un objetivo más amplio de reducir costos y simplificar la administración pública. Sin embargo, críticos señalan que la independencia de los órganos técnicos es esencial para garantizar decisiones basadas en evidencia, lejos de presiones políticas.
Impactos en consumidores y mercados
Con la centralización de funciones, analistas prevén riesgos importantes en sectores clave como telecomunicaciones, energía y alimentos. La Cofece, en su calidad de órgano técnico, ha intervenido en numerosos casos de prácticas monopólicas y colusión, promoviendo un entorno competitivo que beneficia a los consumidores con precios más bajos y mayor calidad en bienes y servicios.
“La pérdida de autonomía podría derivar en un aumento en los costos para los consumidores y menor eficiencia en los mercados, especialmente en sectores donde las prácticas anticompetitivas ya son recurrentes”, afirmó un especialista en regulación económica.
Un cambio con implicaciones internacionales
México ha consolidado su posición como un socio estratégico en el comercio global gracias a acuerdos como el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). La Cofece ha sido clave para cumplir con las disposiciones de competencia de este acuerdo. La eliminación del órgano podría generar tensiones con los socios comerciales, particularmente si se percibe que la nueva autoridad carece de independencia o capacidad técnica.
“El T-MEC exige reglas claras en materia de competencia. Cualquier señal de politización en las decisiones regulatorias podría derivar en controversias internacionales”, señaló un experto en derecho comercial internacional.
Más allá de la Cofece: Una reconfiguración integral
La desaparición de la Cofece es parte de un proyecto que busca eliminar varios órganos autónomos y transferir sus funciones a dependencias del Ejecutivo. Entre estos están el Inai, el IFT y el Coneval. Además, se plantea una reforma administrativa para crear nuevas secretarías, como la de Ciencia y Tecnología y la de la Mujer.
Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, ha defendido estos cambios como necesarios para “adelgazar la administración pública y garantizar eficiencia en el uso de recursos”. No obstante, organismos internacionales han señalado que la independencia de los reguladores es fundamental para mantener un entorno de transparencia y competitividad en cualquier economía moderna.
Un futuro incierto para la regulación
A corto plazo, la desaparición de la Cofece plantea desafíos inmediatos para sectores clave de la economía. La incertidumbre sobre cómo operará la nueva autoridad y su capacidad para mantener los estándares técnicos genera dudas entre expertos y actores del mercado.
En un escenario optimista, la centralización podría generar ahorros administrativos y mejorar la coordinación entre dependencias gubernamentales. Sin embargo, en ausencia de contrapesos efectivos, existe el riesgo de que las decisiones regulatorias se vean subordinadas a intereses políticos, debilitando la confianza de inversionistas y consumidores.
Conclusión: un cambio estructural con grandes desafíos
La extinción de la Cofece representa un cambio profundo en el modelo regulatorio de México. Si bien el objetivo de simplificación administrativa es válido, la transición hacia una nueva autoridad debe garantizar transparencia, independencia técnica y alineación con las mejores prácticas internacionales.
En un entorno económico globalizado, donde la competencia es clave para la innovación y el crecimiento, cualquier debilitamiento en los mecanismos de regulación podría tener consecuencias profundas para la economía mexicana. El futuro del mercado competitivo en México dependerá, en gran medida, de cómo se implemente este nuevo esquema institucional y de la capacidad del Gobierno para preservar la confianza en sus decisiones regulatorias.