Emons prevé que los inversionistas enfrentarán “tres o cuatro reducciones de precios” el próximo año. Dado que una recesión es poco probable, no es necesario que la Fed actúe con mayor rapidez.
Si las tendencias económicas actuales se mantienen, es razonable confiar en el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell.
En primer lugar, el informe de empleo de junio mostró que la economía estadounidense generó 206,000 empleos no agrícolas y la tasa de desempleo aumentó ligeramente del 4% al 4.1%.
Según el último índice del Conference Board, la confianza de los consumidores en Estados Unidos aumentó en mayo después de tres meses consecutivos de disminución. La evaluación de las expectativas a corto plazo de los consumidores estadounidenses en cuanto a ingresos, negocios y mercado laboral subió de 68.8 en abril a 74.6.
En junio, los niveles de confianza se mantuvieron bastante estables.
Según los datos más recientes de la Reserva Federal, el patrimonio neto de los hogares en Estados Unidos aumentó en 5 billones de dólares en el primer trimestre, alcanzando un récord histórico de 161 billones de dólares. Este incremento se debió al aumento de los precios de las acciones, mientras que la deuda de los hogares como porcentaje del PIB disminuyó a su nivel más bajo desde 2001.
La disminución de la deuda de los hogares como porcentaje del PIB en Estados Unidos podría influir en las políticas monetarias de la Reserva Federal. Si la Fed mantiene tasas de interés bajas debido a una menor presión inflacionaria, México podría beneficiarse de menores costos de financiamiento externo y una menor presión sobre el peso mexicano.
En resumen, el aumento del patrimonio neto de los hogares estadounidenses y la disminución de su deuda relativa pueden tener efectos positivos en la economía mexicana a través de un mayor consumo, turismo, inversiones, remesas y un entorno financiero más favorable.
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