El peso mexicano mostró una recuperación al inicio de la jornada del viernes, registrando una apreciación del 1% frente al dólar, con una cotización de 19.67 unidades por dólar. Este avance representa un intento de rebote después de varios días de presión, motivada por la incertidumbre económica local y global, así como por las decisiones de política monetaria y los eventos electorales en Estados Unidos.
El índice dólar (DXY), que mide el comportamiento del dólar frente a una cesta de seis monedas, mostró una caída del 0.28%, situándose en 103.53 unidades. Esta debilidad del dólar favoreció el repunte del peso, que había tocado la barrera de las 20 unidades por dólar el jueves, antes de comenzar su recuperación.
Análisis del Comportamiento del Peso y Factores Clave
Aunque el rebote del peso es una señal positiva, no es suficiente para revertir las pérdidas acumuladas durante la semana. A pesar del repunte observado en los últimos dos días, la moneda mexicana se encamina hacia una depreciación semanal del 2%. Esta sería la segunda semana consecutiva de pérdidas y marcaría el peor desempeño en más de siete semanas.
El peso ha enfrentado varios factores que han aumentado su volatilidad en los últimos días. Uno de los principales es la expectativa en torno al nuevo gobierno de México y las reformas que podría implementar. En particular, el mercado sigue de cerca aquellas reformas que podrían afectar los intereses del sector privado, ya que podrían generar incertidumbre en sectores clave de la economía.
Por otro lado, los eventos en Estados Unidos, como las elecciones y las decisiones de política monetaria de la Reserva Federal, también influyen en el comportamiento del peso. La incertidumbre sobre la política económica de Estados Unidos puede generar fluctuaciones en los flujos de capital, impactando a las economías emergentes como México.
Impacto en el Mercado y Perspectivas Futuras
El avance del peso el viernes refleja una reacción limitada a la debilidad del dólar y a la falta de información relevante en el día, lo que permitió cierto margen de recuperación. Sin embargo, el contexto económico a nivel global y los desafíos internos para México sugieren que la volatilidad continuará en las próximas semanas.
La posibilidad de que el nuevo gobierno mexicano impulse reformas que puedan generar fricciones con el sector privado y los inversionistas, así como las decisiones futuras de la política monetaria en Estados Unidos, son factores que podrían mantener la presión sobre el peso.
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