
Josh Cavallo, el primer futbolista australiano que declaró ser gay, revela que enfrenta múltiples amenazas de muerte diarias y que el ambiente en el fútbol es “tóxico” para quienes se atreven a salir del armario. A pesar del apoyo recibido de su club, su sinceridad sobre su sexualidad ha traído consigo una gran presión y negatividad. En un reciente podcast, Cavallo comentó que la falta de aceptación en el deporte hace difícil que otros jugadores salgan del armario, ya que pueden enfrentar ataques homofóbicos y desventajas en su rendimiento. Reflexionó sobre su propia experiencia, lamentando no haber sido sincero con su sexualidad antes, y resaltó la importancia de contar con una red de apoyo para sobrellevar los abusos y la discriminación.