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Los New York Jets, que comenzaron la temporada con grandes esperanzas, han caído en una espiral difícil de controlar, a pesar de realizar ajustes importantes para retomar el rumbo.

La directiva despidió al entrenador Robert Saleh después de un inicio de 2-3, designando a Jeff Ulbrich como interino, quien además realizó cambios en la estrategia ofensiva. Como parte del intento por salvar la temporada, los Jets adquirieron a Davante Adams, esperando que su reencuentro con Aaron Rodgers fuera el impulso que necesitaban. Sin embargo, la situación ha empeorado.

El domingo, Nueva York perdió 25-22 ante los Patriots, quienes llegaban con una racha de seis derrotas consecutivas. Jacoby Brissett, el mariscal de campo que había iniciado la temporada 1-4 para los Patriots, tomó el relevo después de que el novato Drake Maye sufriera una conmoción cerebral, y guió a Nueva Inglaterra a su primera victoria en casa en más de un año.

Esta derrota extiende a cinco la racha negativa de los Jets, la tercera al mando de Ulbrich, y los deja empatados con los Patriots en el último lugar de la AFC Este.