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En los últimos años, hemos visto un resurgimiento constante de reencuentros de grupos y cantantes que brillaron décadas atrás, y Technoboys se suma a este fenómeno. La cinta nos presenta a una banda ficticia que alcanzó gran fama hace muchos años y que ahora, gracias al empeño de su antiguo líder Alan (interpretado por Méndez), regresa a los escenarios. Además de la presión del reencuentro, Alan aún guarda sentimientos por Melena (Karla Souza), una artista contemporánea que ha sabido adaptarse a los tiempos y de la cual nunca ha dejado de estar enamorado.



Este filme marca el debut como director tanto de Méndez como del productor Gerardo Gatica, quienes, junto con Netflix, han creado una parodia ingeniosa de este boom de reencuentros. Aunque la cinta celebra la nostalgia, no se priva de burlarse de los aspectos más absurdos de esta tendencia, explorando temas actuales como la corrección política, la cultura ‘woke’, la cancelación, y un feminismo mal entendido. El personaje de Souza, cuya interpretación recuerda un poco a artistas como Belinda, resulta uno de los más destacables.

 

La película además juega con los clichés característicos de los reencuentros de bandas: el miembro que ha descuidado su apariencia, el modelo sudamericano con físico imponente, el fanático de lo esotérico y el personaje que ha ocultado su verdadera identidad durante años. También se enfrenta a una banda rival de technomerengue, y las letras de las canciones de ambos grupos son hilarantes.

 

Entre las referencias satíricas, destaca la participación de Fernanda Castillo como una reportera que parodia a figuras de la televisión como Adela Micha, así como una trama secundaria sobre un nuevo integrante que complica la relación entre Alan, Melena y su mánager. La película está llena de giros cómicos que mantienen el ritmo ágil y evitan que la historia caiga en la monotonía.

 

Technoboys es una sátira entretenida y llena de energía que mezcla perfectamente la nostalgia con un humor actual y relevante.