Después de un comienzo prometedor, las acciones de Nvidia (NVDA) sufrieron una caída del 4.78% este martes, cerrando en 142.29 USD tras alcanzar máximos históricos el lunes. Este descenso abrupto marcó un giro inesperado para los inversionistas, quienes habían celebrado el keynote del CEO Jensen Huang en el CES de Las Vegas, donde presentó emocionantes actualizaciones sobre inteligencia artificial y tecnologías emergentes.
El keynote de Huang destacó la posición de Nvidia como líder en inteligencia artificial y tecnologías avanzadas, anticipando productos que prometen revolucionar sectores como vehículos autónomos, computación en el borde y robótica. Estos anuncios impulsaron la acción hasta un 2.5% en las primeras operaciones del martes.
Sin embargo, un contexto macroeconómico adverso, incluyendo datos laborales mixtos de noviembre y preocupaciones por la inflación, revirtieron las ganancias iniciales. La caída de Nvidia también se alineó con un retroceso general en los mercados, particularmente en el sector tecnológico.
A pesar del retroceso, Nvidia mantiene un rendimiento impresionante, con un aumento de aproximadamente 190% en el último año. Analistas de Stifel, Wedbush y Truist Securities reiteraron sus recomendaciones de compra el martes, fijando un precio objetivo promedio de 172.80 USD para los próximos 12 meses.
Según William Stein, analista de Truist Securities, Nvidia no solo sigue siendo líder en centros de datos, sino que también está expandiendo su presencia en el mercado de tecnología en el borde, impulsando un sólido crecimiento de ingresos.
La caída refleja más las condiciones del mercado que problemas fundamentales de Nvidia. Con un enfoque estratégico en sectores de rápido crecimiento como la inteligencia artificial, vehículos autónomos y robótica, el gigante tecnológico continúa posicionándose como uno de los favoritos de Wall Street.
En resumen, aunque el martes fue un día turbulento, Nvidia sigue siendo un actor clave en la revolución tecnológica. Sus avances en CES y el respaldo de los analistas refuerzan la confianza en su crecimiento a largo plazo, incluso frente a desafíos macroeconómicos.
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