La promesa de Israel de tomar represalias contra Irán tras un ataque con misiles ha encendido las alarmas en los mercados petroleros. Los precios del crudo están en alza debido a las preocupaciones de que la infraestructura energética de Irán pueda ser objetivo de los ataques israelíes.
Si bien la OPEP cuenta con capacidad suficiente para compensar una pérdida total del suministro iraní, gran parte de esa capacidad se encuentra en la región del Golfo, que podría ser vulnerable si el conflicto escala.
Actualmente, la abundancia de oferta y la demanda moderada de China han mantenido bajo control la “prima de riesgo”. Sin embargo, en un escenario más realista, si las instalaciones energéticas se convierten en blancos en un conflicto mayor, los precios del crudo podrían superar fácilmente el rango actual de $70-90 por barril, lo que generaría riesgos económicos significativos, especialmente para Estados Unidos, que se enfrenta a elecciones en el corto plazo.